DIÁLOGO INTERNO

Continuamente nos ocurrirán cosas, cosas buenas y malas, y no podremos evitarlo. Sin embargo entre el hecho y el cómo nos hace sentir hay un paso importante que si controlamos únicamente nosotros. Esta acción se llama diálogo interno y consiste en la conversación que tenemos con nosotros mismos (consciente o inconscientemente) sobre lo que nos ocurre.

No podemos elegir siempre lo que nos ocurre, pero si podemos elegir cómo nos afecta

Por ejemplo,

Hecho: Me han despedido del trabajo.

Diálogo interno Opción 1: “Es injusto, después de tanto tiempo trabajando para ellos, aguantando cosas y rindiendo como el que más ahora dicen que no les intereso y me despiden.”

Afección: Frustración, Enfado, recelo, inquietud, malestar, lluvia de ideas de por qués , injusticias pasadas, esfuerzos no valorados, etc.

Diálogo interno Opción 2: “La verdad es que últimamente no estaba muy contento/a en el trabajo. Si ahora dicen que no me necesitan, ellos se lo pierden. Así que voy a aprovechar para intentar trabajar en algo que me motive más y mi trabajo sea más reconocido, aprovechando la experiencia y lo aprendido en esta empresa.”

Afección: Ilusión, Tranquilidad, Gratitud, Motivación,etc.

Hecho: Ruptura de pareja.

Diálogo interno Opción 1: “Nunca seré feliz. Si no es con esa persona, sin duda no podré ser feliz con nadie. Mi vida va a cambiar mucho y no sé cómo voy a acabar, no se qué hacer con mi vida ahora que me falta la otra parte. Posiblemente no funcionase por mi culpa…”

Afección: Frustración, Tristeza, Sensación de vacío, Desorientación, Complejos, etc.

Diálogo interno Opción 2: “En realidad, hace tiempo que no estábamos bien, así que es posible que sea mejor así. Sé que no va a ser fácil pasar página, pero si es lo mejor para ambos, lo haré. Estoy tranquilo/a de haber hecho lo que ha estado en mi mano para que funcionase. Por otra parte ahora ya no pasaré horas en discusiones ni malestares, tendré tiempo para hacer lo que me apetezca en cada momento, en enfocarme en mejorar mi vida y si tiene que llegar alguien, llegará, pero no lo necesito para ser feliz”.

Afección: Comprensión, Autoconocimiento, Tranquilidad, Nostalgia positiva, Aprendizaje, Empatía, etc.

Hecho: Favoritismos en el trabajo.

Diálogo interno Opción 1: “ Cómo es posible que a mi compañero/a lo traten mejor que a mí, si yo trabajo mejor y apuesto más por la empresa”.

Afección: Rivalidad, Frustración, Malestar en el trabajo, Desmotivación, etc

Diálogo interno Opción 2: “ No entiendo cómo es posible que lo/a traten mejor que a mí, pero tengo claras cuáles son mis funciones, así que tengo la tranquilidad de que mi trabajo es muy bueno, por lo que no voy a dedicarme a pensar en el trato hacia los demás, hacia mí sigue siendo bueno, y en el momento en que deje de serlo plantearé un cambio, pero por lo pronto mis condiciones son buenas indiferentemente de las que tengan los demás”.

Afección: Realización, Conciencia tranquila, Buen ambiente de trabajo, Motivación, etc.

Hecho: Alguien habla mal de mí.

Diálogo interno Opción 1: “ ¿Cómo puede haber hablado esa persona de mí sin conocerme? ¿Y entonces, qué más ha dicho? ¿Por qué? ¿A quién? Esto no puede quedar así, pienso enfrentarme a él / ella o vengarme haciéndole lo mismo”.

Afección: Enfado, Rivalidad, Incomprensión, Recelo, Angustia, etc.

Diálogo interno Opción 2: “Sé lo que he hecho o dejado de hacer, y lo que soy, si es verdad pues así es, qué le vamos a hacer, y si no lo es, lo tengo claro, y si alguien no, es su problema, no el mío. Por encima de todo, trabajo para ser la mejor versión de mí mismo/a, no la que los demás quieran ni la que va justificando lo que los demás inventen.”

Afección: Tranquilidad, Autoestima, Autoconocimiento, Mejores relaciones sociales, etc.

Entonces…

Como vemos, según el diálogo interno que tenemos con nosotros mismos sobre el mismo hecho nos sentiremos de una forma u otra, así en estos casos comprobamos que estando en la misma situación podemos tener unos sentimientos positivos o negativos.

Seguramente, si ya nos encontramos en ese punto es porque no podemos evitar que nos echen del trabajo, que nuestra relación de pareja se rompa, que haya favoritismos en el trabajo, o que en alguna ocasión alguien hable algo de nosotros que no nos haga gracia, así como tantas cosas que nos ocurren a diario y nos afectan.

Por supuesto no siempre es fácil controlar este diálogo, sobre todo cuando nos enfrentamos a situaciones realmente duras como enfermedades graves, fallecimiento, etc.

Por suerte, no siempre nuestros males se reducen a estos casos, más bien tendemos a quejarnos y sentirnos mal por cosas que si las pensáramos desde otra perspectiva nos parecerían más bien banales.

Por esto, si nos concienciamos y empezamos a ponerlo en práctica podremos mejorar notablemente nuestro día a día y el de las personas que nos rodean. Y si hacemos de ésta una forma habitual de pensar, de gestionar pensamientos, aún cuando nos enfrentemos a situaciones más duras estaremos entrenados para que, dentro de la afección inevitable que puede producir, la sepamos llevar de la mejor manera posible.

Equilibrio. Diálogo interno

¿Cómo controlo mi diálogo interno?

Lo primero que debemos hacer para controlar nuestro diálogo interno es establecer una línea de prioridades, de forma que refleje la importancia de las cosas.

Por ejemplo, no será igual que mi amiga Marta llegue 10 minutos tarde a una cita, como que la grúa se haya llevado mi coche, que mi pareja me sea infiel o que un familiar tenga una enfermedad grave.

Por esto debemos tener clara una lista de importancia, donde mediremos los hechos en:

Nada Importante —– Poco Importante —– Bastante Importante —– Importante

Si consideramos que el que Marta haya llegado 10 minutos tarde a nuestra cita como Bastante Importante, ¿dónde pondremos el percance con la grúa? ¿o el engaño de mi pareja? ¿y qué lugar queda para la enfermedad?

Somos conscientes de que el hecho de que mi pareja mi engañe es más importante que el haber esperado 10 minutos a Marta, por lo que no es lógico reaccionar de la misma manera, ni de una siquiera parecida ante ambos casos.

Aquí se ve muy fácil, pero si nos paramos a pensar en cómo reaccionamos realmente y cómo lo hacen las personas de las que nos rodeamos, veremos que para muchas personas, cuando nos encontramos en una situación, por mínima que sea como esperar 10 minutos a alguien, ya tenemos servido el drama, vemos en ello lo peor del mundo, y actuamos como si en ese momento fuese un hecho Importante, nada más lejos de la realidad.

Cuando nos familiarizamos con estos filtros, en esos momentos sabremos detenernos a sopesar la importancia de lo que nos ocurre y que nos afecte de la manera adecuada para intentar que, además del problema, no tengamos el malestar que este puede llegar a generar por una mala gestión.

La felicidad no es la ausencia de problemas

Empieza ahora mismo…

Cualquier cosa que te preocupe, intenta ponerle otro filtro a lo que te dices sobre él, y en consecuencia a la importancia que tiene según la línea. Verás como tu estado general cambia y el de las personas con las que te relacionas también.

Así como te recomiendo la lectura del libro “El arte de no amargarse la vida” de Rafael Santandreu, donde este reconocido psicólogo nos explica el funcionamiento de la mente en este aspecto y como establecer nuestra línea de importancia y familiarizarnos con ella para ser más felices. De verdad, regalaría este libro a muchas personas, aquí te dejo el enlace donde puedes pedirlo.

Feliz

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