Una vida llena se compone de muchos cambios. Y detrás de cada cambio, normalmente, hay una decisión que has tenido que tomar.
Hay veces que estas decisiones se atraviesan y entras en un bucle que te impide ver con claridad, hasta que te duele la cabeza y te bloqueas.
Ya hablamos en otro artículo de los beneficios de la escritura a mano, un ejercicio que viene genial para estas situaciones, plasmar en papel lo que sientes, un brainstroming o una lista de pros y contras, son unas de las mejores cosas que puedes hacer a la hora de tomar una decisión. Sólo necesitas un lugar tranquilo, papel y boli.
Pero vamos más allá, y te he preparado 26 preguntas clave que sin duda te ayudarán en la tarea.
Así que coge papel y boli, el lugar tranquilo que te permita pensar con calma, y ve escribiendo las respuestas.
Te aseguro que cuando termines, lo verás todo con muchísima más claridad y seguramente… ya tengas tu decisión tomada 😉
PREGUNTAS PARA TOMAR UNA DECISIÓN IMPORTANTE
- ¿Alguna de las opciones conlleva riesgo de muerte?
- ¿Cuánta relevancia tendrá este cambio en el cómputo general de tu vida?
- ¿Qué aconsejarías a alguien en tu posición?
- ¿Qué dice tu instinto?
- ¿Cuál de las opciones te hace feliz?
- ¿Tienes habilidades para desarrollar ese camino?
- ¿Ese camino perjudica a terceras personas?
- ¿Tienes un plan si finalmente el camino no termina como esperabas?
- ¿Necesitas ayuda de terceras personas?¿Cuentas con ella?
- ¿Qué experiencias has tenido o conoces de casos similares?
- ¿Qué objetivo buscas a largo plazo con esta decisión?
- ¿Tu objetivo depende sólo de ti?
- ¿Qué ganas y qué pierdes?
- ¿Cuáles son tus prioridades?
- ¿Tienes otras opciones? (intermedias, quizás)
- ¿Esta decisión va acorde con tus valores?
- ¿Tienes alguna creencia limitante?
- ¿Qué es lo peor que podría pasar si tomas esa decisión?
- ¿Puede serte útil la opinión de otras personas?
- Piensa que ya han pasado 10 años ¿Qué te hubiese ayudado en el momento de hacer el cambio?
- ¿Hay algo que puedas hacer ahora que te permita tantear las opciones?
- ¿Puedes asumir los riesgos que implica tu decisión sin una garantía al 100%?
- ¿Qué consecuencias tendrá tu decisión?
- ¿Puedes darte tiempo para decidir?
- En caso de no ir bien, ¿podrías volver a donde estás?
- Una vez tomada la decisión ¿cómo te estás sintiendo?
Ahora que has terminado, seguro que ya tienes tu decisión tomada. Incluso aunque no lo hayas dicho aún en alto, tu corazón ya sabe lo que quieres / debes hacer.
Así que ahora sólo toma valor y ve con ganas hacia lo que te va a hacer feliz 🙂
